LA VEJEZ

¿Qué es la vejez?
¿Un estado de ánimo?
¿El final de un camino?
¿El principio de un nuevo desafío?
Nada define con exactitud su significado y…
todo lo que implica está dentro de cada uno.
Somos cuerpo, pero aún más espíritu,
el abuelo no es ni viejo ni joven,
es pura energía o asombroso derrumbe.
Elige, a veces sin saber,
la certeza del olvido,
creyendo encontrar en el pasado,
la juventud que añora recuperar.
En otras ocasiones,
el presente se torna victorioso
y el tiempo no lo busca,
porque vive con él en armonía,
disfrutando de los pequeños placeres,
con la seguridad y sabiduría,
que sólo ellos parecen tener.
Representan, lo que un día
nosotros seremos
aunque a veces,
en nuestra absurda incapacidad,
creemos que escaparemos,
a esa etapa de la realidad.
Ser mayor jamás es un impedimento,
es un reto de valientes,
porque sólo el llegar,
ya representa,
haber superado muchas batallas,
sabiendo que la guerra final,
está ganada de antemano,
gracias a su maestría y serenidad.
Intentemos comprender sus circunstancias,
dejémonos llevar a su mundo
de fantasías y recuerdos olvidados.
Empaticemos con sus miedos y temores,
ofreciéndoles la magia,
que acabará con ellos para siempre.
¿Qué nos cuesta tratar de entenderlos?
¿No es acaso una fructífera lección,
para que cuando llegue nuestro momento,
sepamos hacer una buena elección,
y ser en vez de tormento,
una dulce salvación?
Empapémonos y ofrezcámosles nuestra sonrisa,
que en este mundo de prisa,
cualquier segundo a su lado,
será por su parte muy alabado.
Por ellos, por su trabajo y su fe,
nos hemos ganado la suerte de estar vivos.
¡Ojalá siempre lo recordemos!

AMOR

Amor…
Palabra delicada y sensual,
palabra magistral y nada casual,
palabra infinita y eterna.
Me pierdo en tu guarida,
buscando anhelante el cobijo de tu abrazo.
Deseo que te conviertas en la manta, el calor
que impregne mi alma.
Te siento adherido a mi piel,
empapando de ternura y verdad,
todo lo que me rodea.
Otras veces, huyes despavorido
escondiéndote en el fondo,
de mis sueños despiadados.
Corro, me angustio, te llamo,
paro sudorosa, aún temblorosa
casi sin resuello,
en el laberinto de mis flaquezas,
temiendo hasta respirar,
por si un leve sonido,
te hace de nuevo volar.
Entonces, recapacito, observo y resuelvo
por fin dejarme llevar.
La brisa acaricia mi sien,
los árboles me hablan
de cuentos lejanos,
guardados en algún rincón de mi memoria.
Dejo de perseguirte, recupero la fe:
Se que vives en mi interior.
Te perdono, Me perdono
por alejarte, a ratos, de mi camino.
Eres libre como yo,
ya no necesito hallarte,
mi corazón te conoce,
sois amigos de siempre.
Tejéis hermosas bufandas,
para mis días de frío,
ofreciéndome el calido abrigo
de vuestra absoluta comprensión.
No hay Amor sin Corazón,
Ni Corazón sin Amor.
Sólo necesito vivir en armonía contigo…
Te convertiré en mi más preciado perfume,
a todos ofreceré tu olor,
y embriagados por el dulce aroma
jamás te dejarán marchar,
porque sin ti, sin Amor
nada podría existir.