MI NIÑA DEL ALMA

¿Qué puedo darte?
Me pregunto mientras miras embelesada,
hacia el horizonte.
Sin dudas, ni  temores
tus ojos observan
con la frescura cristalina de la inocencia.
Todo en ti es bello y colosal,
pareces una caricia,
a punto de posarse
en la dulce cara de un niño.
Tus manos juguetean con una flor,
mientras el día descansa en tu regazo
y la noche se prepara,
para envolver tus sueños.
Corres, vuelas, saltas
como un lindo y blanco corcel,
con la seguridad que dan tus pocos años,
y la alegría que en mi despiertas.
¿Sabes?
Ya sé que puedo darte:
Sencilla y llanamente MI YO,
lo que he venido a hacer por ti,
lo que cada instante siento en mi alma,
porque el resto ya lo pones tú.
Sólo quiero pedirte un favor:
Disfrútalo a mi lado,
concédeme la suerte,
de compartirlo contigo.
Que lo que para ti, es aprendizaje
sea para mí la memoria,
que a veces me esfuerzo en perder.
Conviértete en mi maestra de la ilusión,
que yo seré tu cálida compañía,
en el camino que juntas hacemos día a día.
Mí querida niña…
Fresca, como la rosa recién cortada
Dulce, como la naranja recién exprimida
Liviana, como la hoja recién caída.
Vive y Vuela como lo que eres:
Un lindo pajarillo en libertad.
A mami, déjala guiarte
y siempre, siempre acompañarte.

AMIGAS

“No hay grandes corazones,
sin grandes manos que los sostengan”.
Con esta sencilla frase,
os rindo homenaje amigas.
Sin vosotras para mí,
no habría luz ni cielo.
Vuestro apoyo incondicional,
me hace sentir segura y fuerte.
A ningún sitio querría ir,
si no pudierais estar a mi lado.
Concibo la paz y la felicidad de la vida,
rodeada de vuestra especial compañía.
El hecho de conocernos,
me hace mejor persona.
Ahora sé que poco importa el parentesco,
ya que una amiga de verdad es como una hermana.
Las almas gemelas se buscan
y para mi deleite,
el universo las conecta y junta,
en el maravilloso viaje de la existencia.
Me siento feliz de ser lo que soy
y poder compartirlo con vosotras.
Cada día para mí es un reto,
en el que estáis plenamente involucradas.
Puedo contaros mis aventuras o desventuras,
porque siempre me prestáis atención.
Os agradezco que participéis en mi destino,
cada una con su manera de pensar
y ver las cosas.
Gracias por evolucionar conmigo,
en las distintas etapas que hemos conocido.
Sois mi prioridad y mi guía,
mi fuente de inspiración
y mi motivo de alegría.
Tanto cerca, como lejos
ocupáis un enorme lugar
en el centro de mi alma.
Recordarlo siempre, porque yo…
todos los días, horas, minutos o segundos
así lo siento y por ello deseaba
dedicaros este poema.
Leerlo y disfrutarlo
porque es sólo vuestro:
Queridas Amigas.

VOLANDO DEL NIDO

Hola Mamá:
Se que estás triste y sientes miedo,
crees que quizás, desde mi aparente ignorancia,
no me doy cuenta de tu pesar.
Eres transparente para mí,
como yo lo fui para ti,
cuando era niño.
¿Dónde quedaron los planes en familia?
te preguntas, en la soledad de tu alma.
Siguen ahí, mamá, en tus recuerdos y en los míos,
indelebles como nuestro amor.
Ahora es otra etapa…
El crecimiento implica un tipo de alejamiento,
que en verdad es irreal.
He de descubrir cual es mi sendero,
he de recorrer nuevas travesías
y crear mi propio hogar,
para sentirme pleno y útil.
También lo hiciste tú,
es ley de vida aunque te duela
y sufras por ello.
La distancia que sientes en tu interior,
es la que impones entre nosotros,
con tus temores.
Ten fe en que el viaje,
es sólo una parte del recorrido,
en que el pájaro que soy,
debe volar para volver.
Da libertad a tus pensamientos,
para que se encuentren con los míos
y convivan en plena armonía.
Es lo que te pido y deseo.
Mira el presente con optimismo,
y el futuro nos sonreirá
y acercará en cada despertar.
Porque te quiero y así será siempre…
Aunque a veces te parezca desagradecido
y otras te parezca egoísta,
cada instante que pienso en ti,
lo hago con cariño y ternura,
reconociéndote como la persona esencial,
que fuiste, eres y serás para mí.
Sigue mamá, avanza sin miedo…
Y cuando creas que das un paso atrás,
mira las piedras, el río, la claridad del camino
y allí, entre los árboles, te habré dejado
como una huella, un beso eterno,
que te ayudará a recordar que somos uno:
TÚ Y YO.