TRIANA

La  hermosa gitana
se llama Triana.
Su cara embelesa
tan dulce y traviesa.
Los ojos oscuros, color aceituna
ríen empapados de picardía gatuna.
El pelo negro, largo y rizado
a más de uno ha hecho desdichado.
Pero la linda gitana enmudece
mientras su pena lentamente crece.
El sur que vio su nacimiento
no puede parar tanto tormento.
¡Chiquilla despierta! le dicen por la calle
mientras ella mueve distraídamente el talle.
Un amor la tiene malherida
y cada vez se halla más perdida.
Los abuelos hacen tertulia
buscando explicación a tanta abulia.
¿Qué le ocurre a la niña salerosa,
que parece estar en otra cosa?
¡Ay comadres! Les contesta la luna
vayan ustedes preparando la cuna.
La vida a su puerta ha llamado
pero el padre cobarde se ha esfumado.
¿Y a mí que me importa? Canturrea una estrella
si no hay en el mundo cosa más bella.
El niño entre palmas será recibido
y por todos nosotras muy bien atendido.
Gitana, Triana, alégrate mi alma
que poco a poco llegará la calma.
Baila al son de la noche
y deja ya el reproche.
Y casi sin sentir irrumpe la madrugada
repleta de risa y carcajada.
Triana suspira dichosa
y su cara, de nuevo, amanece preciosa.

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